Estos días he estado media desconectada y perdida pero es que este verano ha sido!!Caótico y loco!!! Llevo un mes en mi nueva residencia y todavía tengo la mitad de mi marquesina llena de cajas y cosas que acomodar. A fin de julio viaje a St. Charles, Illinois para participar de la 40 convención nacional de la ASA (Autismo Society of America), lo que fue tremenda experiencia de aprendizaje no solo en lo relacionado al autismo también en el aspecto personal. Era la primera vez, en los 10 años de vida de mi hijo que lo dejaba solo por varios días. Y como toda madre sobreprotectora estaba histérica y estuve varias veces tentada a cancelar el viaje. Afortunadamente, mi esposo me insistió y me tiré la maroma como decimos en PR. Le dije a mi hijo que me iba de campamento por varios días y que regresaba el sábado antes de su cumpleaños. El día de ida se puso un poquito nervioso y me dijo que me iba extrañar pero se porto como todo un campeón con su papi. Aprendí que a veces hay que sacrificar algunas cosas para ganar, yo pensaba que iban a ser 5 días de crisis total y fueron de aprendizaje para todos. Mi esposo comprendió el trabajo que conlleva atender a mi hijo 24/7 y lo difícil que es mantener una casa inmaculada. Mi hijo aprendió a comportarse en la oficina de trabajo de su papa y yo me di cuenta de todas las bendiciones que he tenido a pesar de los malos ratos y cuán importante es que a veces dedique un tiempo para mí y renueve energía para seguir en la lucha.
La experiencia en la convención fue única. Y aprendí mucho y poco a poco lo iré compartiendo con ustedes. Lo que más se me repitió durante estos días fue que “ cuando conocemos una persona con autismo, solo conocemos a esa persona con autismo. Cada persona es individual y diferente. Hay que romper con los estereotipos y las etiquetas. Ya es tiempo de dejar de generalizar y asumir lo que debemos hacer es educarnos y educar a los demás sobre el autismo.
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